Almost ready!
In order to save audiobooks to your Wish List you must be signed in to your account.
Log in Create accountShop Small Sale
Shop our limited-time sale on bestselling audiobooks. Don’t miss out—purchases support local bookstores.
Shop the saleLimited-time offer
Get two free audiobooks!
Now’s a great time to shop indie. When you start a new one credit per month membership supporting local bookstores with promo code SWITCH, we’ll give you two bonus audiobook credits at sign-up.
Sign up todayYo, comandante de Auschwitz - Abridged
This audiobook uses AI narration.
We’re taking steps to make sure AI narration is transparent.
Learn moreEste libro constituye uno de los documentos más sorprendentes
de la historia: el testimonio en primera persona de un asesino
en masa cuyas víctimas se cuentan por millones. El autor narra
su vida, centrándose sobre todo en su etapa al frente del mayor
campo de exterminio que haya existido: Auschwitz-Birkenau.
Estamos ante un libro clásico, no por sus virtudes literarias ni
por la grandeza de su autor, sino porque después de leer a Höss,
negar el holocausto no solo es inmoral sino estúpido. Aquí no
caben interpretaciones porque el culpable confiesa el delito.
El prólogo de Primo Levi (la víctima condenando al verdugo
para la posteridad) forma parte de este libro de manera casi
inevitable. Es una pieza brillante de uno de los más lúcidos
supervivientes del holocausto y el mayor ejemplo de justicia
poética que se pueda imaginar.
En palabras de Levi, de una pasmosa actualidad: «El libro
muestra con qué facilidad el bien puede ceder al mal, ser asediado
por este y, finalmente, sumergido, para sobrevivir en
pequeñas islas grotescas».
Los derechos de autor de este libro macabro, pero históricamente
importante, se destinan al fondo creado originalmente para los escasos
supervivientes del campo de Auschwitz.
Rudolf Höss Afiliado al partido nazi en 1922 y miembro de las SS en 1934. Fue creador y jefe del complejo Auschwitz-Birkenau desde 1940 hasta finales de 1943 (y durante otros cinco meses de 1944). Además del campo de exterminio más conocido, también trabajó en la inspección de campos de concentración y en los centros de Bergen-Belsen, Gross-Rosen y Ravensbrück. Detenido por el ejército británico en 1947, fue testigo en los juicios de Núremberg, juzgado y condenado por el Tribunal Supremo polaco. Fue ahorcado el 16 de abril de 1947 en el propio campo que ayudó a crear.