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Learn moreUna inspiradora «pandilla planetaria» que gira alrededor de los sentimientos
El audiolibro, recitado por el propio autor, está compuesto de distintos apartados, cada uno protagonizado por un planeta, como un personaje con sus cualidades y defectos, con marcados rasgos de personalidad, sus filias y fobias. Y a partir de ellos, nos narra emociones y experiencias vitales que nos interpelan: una representación del mundo caótico que nos toca en suerte y en el que tanta falta hacen los afectos. Un cuento del siglo XXI en el que se habla de personalidades diferentes, como una "panda planetaria" que se enfrenta a cada día; y como siempre de ternura, de amistad, de pasión; de la infancia, la paternidad, la alegría y la tristeza, de la esperanza en un mundo mejor, con el convencimiento de que en el amor radica el verdadero sentido de las cosas. Un cuento universal e inspirador para los lectores de hoy y en especial para los incondicionales de Defreds que sabrán apreciar su delicadeza y sentimiento. Calará en el corazón de todos.
Nací en Vigo una madrugada de octubre. Siempre fui un niño normal. Algo tímido e inseguro. Y enamoradizo. Me acuerdo de que escribía cartas de amor. Había una chica en el colegio que me encantaba y le escribía, aunque no me hacía ni caso. En el cole, regular. Me gustaban más las asignaturas de letras. Leía mucho en casa. Mi madre siempre me traía los libros del Círculo de Lectores. Me encantaban los de miedo. Me podía pasar horas repasándolos en la cama. Y el tiempo fue pasando, poco a poco. Me enamoré alguna vez. Siempre arriesgando, aunque saliera mal. Dejé de ser tan jovencito para ser simplemente joven, dentro de mi cara aniñada. Escribiendo.Una noche bastante llena de soledad y con mucha lluvia fue la primera vez que escribí una frase sobre algo que me estaba pasando en esa época. En Twitter. Supongo que ahí empezó todo. La gente me leía, y cada vez más. Gente que se sentía identificada conmigo. No me podía creer que alguien leyera con ganas mis pensamientos.Llegaron mis libros. Casi sin querer. Cuando abras el paracaídas. 1775 calles. Historias de un náufrago hipocondríaco. Con un cassette y un boli bic. Sempiterno. Recordar contraseña. Incondicional. Ya no quedan ciudades. Ojalá. Llegaron después muchas firmas en muchas ciudades. Ejemplares por miles de casas. Y ahí sigo sonriendo, ilusionado como el primer día. Como el primer ejemplar.La verdad que no tengo mucha biografía, pero sí muchos sueños.
Nací en Vigo una madrugada de octubre. Siempre fui un niño normal. Algo tímido e inseguro. Y enamoradizo. Me acuerdo de que escribía cartas de amor. Había una chica en el colegio que me encantaba y le escribía, aunque no me hacía ni caso. En el cole, regular. Me gustaban más las asignaturas de letras. Leía mucho en casa. Mi madre siempre me traía los libros del Círculo de Lectores. Me encantaban los de miedo. Me podía pasar horas repasándolos en la cama. Y el tiempo fue pasando, poco a poco. Me enamoré alguna vez. Siempre arriesgando, aunque saliera mal. Dejé de ser tan jovencito para ser simplemente joven, dentro de mi cara aniñada. Escribiendo.Una noche bastante llena de soledad y con mucha lluvia fue la primera vez que escribí una frase sobre algo que me estaba pasando en esa época. En Twitter. Supongo que ahí empezó todo. La gente me leía, y cada vez más. Gente que se sentía identificada conmigo. No me podía creer que alguien leyera con ganas mis pensamientos.Llegaron mis libros. Casi sin querer. Cuando abras el paracaídas. 1775 calles. Historias de un náufrago hipocondríaco. Con un cassette y un boli bic. Sempiterno. Recordar contraseña. Incondicional. Ya no quedan ciudades. Ojalá. Llegaron después muchas firmas en muchas ciudades. Ejemplares por miles de casas. Y ahí sigo sonriendo, ilusionado como el primer día. Como el primer ejemplar.La verdad que no tengo mucha biografía, pero sí muchos sueños.